#YaNiMeDuelesCruzAzul

Yo que viajaba desde Mexicali para verte jugar. Yo que vendí la tele de mi cuarto para estar en una final. Yo que orgullosamente me ponía tu camiseta, y usaba tu uniforme para entrenar y jugar. Yo que hablaba todo el tiempo de ti. Yo que te lloraba en los estadios, que pedía por ti en misa, que te defendía en todas mis pláticas…

Yo, te digo que ya ni me dueles, Cruz Azul.

Ya no me dueles, pero tampoco me emocionas. Y esta vez va en serio.

Tú, Cruz Azul, te encargaste de perder a quien se decía ser tu mejor aficionado.

Por suerte un aficionado inteligente que entiende que todas las relaciones sanas de la vida, tienen que ser recíprocas.

Sí, se debe dar sin esperar algo a cambio. Pero en el fondo, en cualquier relación, toda persona, se entrega esperando ser correspondida.

Las relaciones son así. Y si no son recíprocas, se pierden, se enfrían, se desgastan. Y eso le pasó a la tuya y a la mía.

Se fue terminando poco a poco, hasta que hoy ya no me dueles más. Ya no me pesas. Ya no me importas como antes. Ya no influyes en mí, ni para bien, ni para mal.

Y es que, ¿Cómo me va a doler ser la burla de una liga por el entrenador que hoy eliges, si yo viajé para verte perder cuatro finales en vivo? 

Estuve en Torreón, en Toluca, en Monterrey, en el Azul y en el Azteca, y tú ni lo valoraste. No es justo. Y sigue sin serlo. 

Salí destrozado del Estadio Azteca el 26 de mayo del 2013 y prometí no volver a verte.

Sigo sin saber cómo te di otra oportunidad. Una más. La última. Y para variar, también la desperdiciaste.

Pero nunca estuve solo. Todas esas finales en los estadios, estuve con miles de aficionados que también creían en ti. Y que al igual que yo, ya se cansaron. Se decepcionaron. Se hartaron. 
Se agotaron de dar sin recibir. De esperar, de soñar y despertar. De imaginar, desear y no conseguir, la novena estrella.

Yo tenía 9 años el 7 de diciembre de 1997. Y grité con todo ese gol de Carlos Hermosillo en León. 

Pero no más. Todo por servir se acaba, Cruz Azul. Y tú te acabaste.

Tú naciste grande, pero perdiste la memoria, olvidaste tu historia, traicionaste tus formas y borraste tu grandeza.

Hoy, la gente se ríe de nosotros porque en diciembre se cumplirán 18 años sin que ganes un título de liga. Pero si esa gente supiera que en 35 años sólo has ganado ese Invierno del 97, quizá ya ni se burlarían. Sentirían más lástima que gusto.

Ahora, leo en redes sociales que le dueles a tu gente, Cruz Azul. Que ya no quieren ir al estadio, que no quieren comprar tus productos oficiales y que exigen una renovación.

¡Tienen razón!

Pero sé que no te importa, porque me he dado cuenta que tú sólo piensas en el dinero, abusando de tu popularidad y prefiriendo lo económico antes que lo deportivo.

Por eso yo, concluyendo que a ti no te pesa lo que te pasa, he decido que…

#YaNiMeDuelesCruzAzul.

Hace dos años prometí no comprar tu camiseta. Y lo he cumplido.

Hoy prometo no ir a verte más. Y aunque eso sí me duela, también lo voy a cumplir. 

Así será, hasta que a ti también te duela haber perdido tu grandeza.

Hasta mañana.

Y hasta que tú decidas, respetar y valorar a tu maltratada gente.

Porque yo no tengo el pecho frío y a mí sí me hierve la sangre… 

SADW.